Milos Vujanic: Lo que pudo seguir siendo.

domingo, octubre 4

El base serbio de 28 años comenzó su carrera baloncestística en las bases del Estrella Roja, y posteriormente continuó en el citado equipo. Pero fue a su llegada al Partizan cuando comenzó a hacerse un nombre entre los grandes. En la temporada 2001/2002, primera con el Partizan, promedió en Euroliga 13.5 puntos, 3 rebotes y otras tantas asistencias, y ganó la liga de Yugoslavia, lo que le valió para ser elegido en el draft de la NBA por los Knicks en segunda ronda con el número 36 (Juan Carlos Navarro también salió elegido en este draft, en la posición 40). Pero Milos eligió quedarse y ese verano se proclamaría Campeón del Mundo vistiendo la camiseta de su selección, la entonces unida Yugoslavia, que venía de ganar el verano anterior el Europeo celebrado en Turquía.

Este camino lleno de éxitos no había llegado a su fin. En su segundo año en Euroliga, todavía defendiendo los colores del Partizán, logró proclamarse máximo anotador de la competición con 25.8 puntos por encuentro, contando además con más de 3 asistencias y más de 9 faltas recibidas.

Con tales hazañas, Milos cambió de aires y recaló en la liga italiana de la mano de la Fortitudo Bologna, con la que también consiguió un título de liga en la temporada 2004/2005.

Entonces, ¿por qué un jugador campeón del mundo, máximo anotador de la Euroliga y triple campeón de liga está militando esta temporada en las filas del CB Murcia? Porque como en todas las historias, existe una parte buena y una parte mala. En el citado año 2005 Milos sufrió una rotura de ligamentos cruzados de la rodilla. No pudo participar en el Eurobasket de Belgrado, pero sus logros en Italia y en Euroliga con más de 16 puntos de media en ambas temporadas le valieron para que el FC Barcelona le hiciera una oferta que Milos no rechazó.

Tuvo que esperar hasta Diciembre para debutar en la ACB, tras haberse recuperado de su lesión. No obstante, tan sólo pudo disputar cinco encuentros en liga y cuatro en EL con la camiseta azulgrana, hasta que volviese a lesionarse. El contrato con el club era por tres temporadas, aunque éste hizo uso de una cláusula unilateral para rescindir el contrato al final de cada temporada.

Tras el frustrado y escaso paso por la liga española, el genio serbio tuvo que hacer las maletas para irse hasta Grecia, donde disputó la siguiente temporada jugando en el Panathinaikos, y proclamándose, otra vez más, campeón de liga y copa, además de conseguir también la tan ansiada Euroliga. Sin embargo, el rendimiento de Vujanic no era ni parecido al demostrado en el Partizan y la Fortitudo. Las lesiones y los parones pesaban, y tal vez aún pesen.

Tras ganarlo todo con el conjunto griego, viajó un poco más al este, hasta Turquía, para ganar otra liga con el Efes Pilsen junto con los conocidos por aquí Charles Smith y Michalis Kakiouzis, entre otros.

Por último, este verano ha aceptado la oferta que le ha hecho el CB Murcia, donde esperamos, por el bien del baloncesto, que vuelva a ser el que era, o al menos, que las lesiones le respeten y pueda seguir demostrando ese liderazgo, esa dirección y esa capacidad ofensiva que tanto le caracterizan.

A pesar de haberlo ganado todo, siempre queda ese gusto amargo, esa incertidumbre, esa duda.
De no romperse, ¿cuántos títulos más hubiese ganado?¿Cuántas veces hubiese repetido como máximo anotador de la Euroliga?¿Habría llegado a la NBA?¿Y habría triunfado allí? Nunca lo sabremos.
No podemos decir "lo que pudo ser", porque lo fue. Pero siempre nos preguntaremos, mientras cavilamos sobre su carrera, lo que pudo seguir siendo.


DeEgea

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